Es verdad que no inventa nada y que se prende en esta moda de los documentales ¿falsos? pero también es una verdad mucho más interesante que David Trueba y Jorge Sanz lograron una serie divertidísima, inteligente, cruel y tierna a la vez.
Jorge Sanz fue el protagonista de "Belle époque", "Amantes" y "Si te dicen que caí". Un actor que con los años va perdiendo su atractivo, su rumbo profesional, sus fans. La miniserie nos lo presenta en un momento donde Sanz trata de retomar su carrera eligiendo a un vendedor de quesos como su nuevo representante (un Eduardo Antuña sublime). Junto a él comienza las negociaciones con una funcionaria bancaria que recuerda su primer orgasmo frente a una escena de "Valentina", consigue un papel como pregón medieval en un pueblo ignoto de España, arma una lista de los directores a los que hay que concederles cualquier cosa (Amenábar, Fernando León de Aranoa, Alex de la Iglesia), planean un viaje a Guatemala para filmar una película, se "compromete" políticamente en una acto de empleados de un hospital público.
Lo más interesante es la vuelta de tuerca que Jorge Sanz (ayudado con el excelente guión de David Trueba) utiliza para reinventarse. Se ríe de sí mismo, nos muestra su patetismo y el patetismo de querer ocultarlo pero en el recorrido nos deja un sabor dulce en la boca. Lejos de esas series americanas que buscan burlarse del destino de ciertos personajes antes muy famosos, esta serie nos ubica en tiempo real junto a Jorge Sanz y nos pone de su parte tratando de encontrarle la vuelta a su destino profesional. No es un héroe pero tampoco un antihéroe, o a lo mejor es las dos cosas al mismo tiempo.
El detalle de la banda sonora en manos de Darren Hayman es una muestra más del buen gusto con que se produjo esta miniserie de 6 capítulos. Darren Hayman supo encontrar el tono justo para acompañar la vida (que nos deja ver) Jorge Sanz.
MARCELO ROSSIA
viernes, 29 de abril de 2011
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